Mi casa

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© Héctor Garrido

domingo, 2 de julio de 2017

TOURIST GO HOME

Cada vez en más ciudades aparecen estos grafitis. Esta foto la tomé hace poco en un discreto rincón en la fachada del hotel donde me alojaba en Praga. Estuve allí en mayo, no en el momento tope de julio-agosto. Así y todo éramos tantos turistas curioseando en la zona histórica de la ciudad que a ratos era agobiante caminar, sobre todo por el puente Carlos sobre el río Vltaba. Esto sucede en todas las ciudades atractivas del mundo. La Habana Vieja, por ejemplo, se está poniendo así. Demasiados turistas. Y los precios subiendo, de tal modo que los habaneros de a pie que viven en ese barrio lo tienen un poco difícil. La masificación del turismo es un fenómeno mundial. En 1950 -año en que nací, por cierto- se registraron 25 millones de viajes turísticos en el mundo. En 1995 fueron 536 millones. Ahora se calcula que rondan los mil 235 millones. El turismo no es bueno ni malo en sí mismo, el problema viene cuando el gobierno de una ciudad o de un país implementa decisiones para que todo se ponga en función del turismo, en detrimento de los habitantes del lugar. El turismo empieza a considerarse como industria en los años '90. El primer cálculo de su aportación al PIB mundial es de 2007, cuando se demostró que es equiparable al petróleo o a la agricultura. Ahora representa el 10% del PIB mundial. La codicia generalmente corroe. Barcelona y Madrid, por ejemplo. Las familias se van del centro, el turismo ocupa todos los edificios para convertirlos en hoteles y hostales. La ciudad pierde su identidad. A cambio cada una de estas ciudades recibe unos 30 millones de turistas anuales, que dejan ganancias. Es el proceso de Gentrificación, término inglés inventado en Londres en los años '60 para designar  este proceso de convertir una zona de la ciudad en parque temático en función del turismo y desplazar fuera a sus habitantes originales. Cada vez más ciudades caen en esto. Y a veces es patético. Hace años estuve en Cartagena de Indias, Colombia, invitado a un Hay Festival y me quedé asombrado porque en el centro histórico de la ciudad no había ni una sola persona de allí. En algún momento -me explicaron- el gobierno emitió una ley que permitía a los extranjeros comprar propiedades. Todo fue rápido. Como una plaga de langostas llegaron americanos, alemanes y otros adinerados, compraron todo a precios muy bajos y lo convirtieron en una gran zona de hoteles, boutiques, restaurantes y atracciones para turistas. La gente del lugar fue desplazada a las afueras. 
Y también está el turismo devastador de la naturaleza. Cada vez hay ofertas más extravagantes para ir a parques naturales a mirar gorilas "a pocos metros". No dicen que estos animales se confunden y deprimen cuando ven a tanta gente continuamente encima de ellos tomándoles fotos. O el ascenso al Himalaya de cientos y cientos de personas que quieren tener la "sublime experiencia" de estar en el techo del mundo. El resultado es miles de toneladas de basura de todo tipo en aquellos montes.
Hasta ahora se veía muy bien el turismo: Unos pasean y se divierten y otros trabajan y ganan dinero. Y con el arribo del Low Cost cada vez más tenemos acceso a ser turistas. Pero hace poco relativamente se ha comenzado a analizar el fenómeno de un modo más integral con los pros y contras que conlleva. Un tema preocupante más de nuestra modernidad tan vertiginosa y poliédrica.

1 comentario:

  1. Francamente, creo que el turismo obedece a una "oferta" que se hace pasar por ella cuando en realidad esta más cerca de ser una instrucción militar. Gente pensando que es libre pero que en realidad son autómatas con el pensamiento y la acción condicionadas por los verdaderos diseñadores de sus opiniones, gustos y modos de vida. Turismo que despersonaliza a los turistas mientras se desintegra la identidad de los sitios que visitan. Es el tipo de plan que le gusta a este poder.

    Saludos Pedro, me gustan todos tus libros. Nunca he estado en Cuba ni creo que llegue allí pero de cuando en cuando sueño con ella, tanto la ciudad como con el campo. Eso te lo debo a ti, una narrativa muy física, me has metido Cuba en el espíritu hace ya muchos años, 16 años mas concretamente.

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